Es verdad que llevo mucho sin escribir, y no es que no haya mucho qué decir, sino que no había mucho orden de ideas para expresarlo en líneas, palabras y letras.
Quisiera hacer una extensión de algo que leí en el blog http://www.historiasanarquicas.blogspot.com acerca de la cultura aguascalentense. Yo soy muy feliz en mi estado, claro, es seguro hasta cierto punto, pero también es mediocre, su cultura se reduce a un gran teatro que rara vez tiene algún evento cultural de gran categoría, al cual no puede acceder el promedio de la población a causa de los precios, pero también porque el evento se da sólo un día o dos, y los boletos caen en manos de los grandes influyentes de la política y economía del estado (¿no son los mismos?) quienes los regalan a las “grandes familias” que convierten algo cultural en un evento social, de la misma manera en como a los hidrocálidos les encanta convertir todo: vemos entonces en sus vestidos de gala o por lo menos ropa casual formal a las pequeñas niñas fresas que si entienden algo de teatro sería un milagro, los políticos estrechándose las manos, tomándose fotos, las mujeres presumiendo sus nuevas cirugías, etc. (¡me enferma!).
Y eso hablando del lado del espectador.
Si cambiamos la perspectiva y vemos al artista sólo veremos dos tipos: el que huye para tener muchas oportunidades después de tener las puertas cerradas aquí, y el que se queda aquí por acción de palancas a hacer mediocridades. No es bueno generalizar, pero hay que aceptar que la mayoría de las veces esto ocurre. Para crecer hay que partir, para ser mediocre hay que quedarse, porque bien dicen “más vale ser cabeza de ratón, a cola de león”.
Lo que yo me pregunto entonces es: ¿Dónde quedan los artistas de la calle? Esos que no les debe importar tener oportunidades, o un buen sueldo, sino que hagan las cosas con el corazón, que devuelvan el arte a la gente. Sé que es muy difícil, más porque al ritmo de estos pasos que ya parecen trote, el hidrocálido sólo estará interesado por el fútbol o los chismes y espectáculos, la señora con la novela de la tarde, los niños con el play station.
Sí hay arte, y sí puede ser gratuito o a bajo precio... pero ¿dónde está la calidad? Precio bajo no debe significar algo chafa, pero si no hay promoción del arte, no habrá jamás públicos ni teatros no digamos llenos, pero con un ingreso aceptable.
Muy lamentable... hay que hacer algo, no sólo quejarse.
Quisiera hacer una extensión de algo que leí en el blog http://www.historiasanarquicas.blogspot.com acerca de la cultura aguascalentense. Yo soy muy feliz en mi estado, claro, es seguro hasta cierto punto, pero también es mediocre, su cultura se reduce a un gran teatro que rara vez tiene algún evento cultural de gran categoría, al cual no puede acceder el promedio de la población a causa de los precios, pero también porque el evento se da sólo un día o dos, y los boletos caen en manos de los grandes influyentes de la política y economía del estado (¿no son los mismos?) quienes los regalan a las “grandes familias” que convierten algo cultural en un evento social, de la misma manera en como a los hidrocálidos les encanta convertir todo: vemos entonces en sus vestidos de gala o por lo menos ropa casual formal a las pequeñas niñas fresas que si entienden algo de teatro sería un milagro, los políticos estrechándose las manos, tomándose fotos, las mujeres presumiendo sus nuevas cirugías, etc. (¡me enferma!).
Y eso hablando del lado del espectador.
Si cambiamos la perspectiva y vemos al artista sólo veremos dos tipos: el que huye para tener muchas oportunidades después de tener las puertas cerradas aquí, y el que se queda aquí por acción de palancas a hacer mediocridades. No es bueno generalizar, pero hay que aceptar que la mayoría de las veces esto ocurre. Para crecer hay que partir, para ser mediocre hay que quedarse, porque bien dicen “más vale ser cabeza de ratón, a cola de león”.
Lo que yo me pregunto entonces es: ¿Dónde quedan los artistas de la calle? Esos que no les debe importar tener oportunidades, o un buen sueldo, sino que hagan las cosas con el corazón, que devuelvan el arte a la gente. Sé que es muy difícil, más porque al ritmo de estos pasos que ya parecen trote, el hidrocálido sólo estará interesado por el fútbol o los chismes y espectáculos, la señora con la novela de la tarde, los niños con el play station.
Sí hay arte, y sí puede ser gratuito o a bajo precio... pero ¿dónde está la calidad? Precio bajo no debe significar algo chafa, pero si no hay promoción del arte, no habrá jamás públicos ni teatros no digamos llenos, pero con un ingreso aceptable.
Muy lamentable... hay que hacer algo, no sólo quejarse.
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